Los almendros en flor. Los frutos del cerezo. El aroma de los olivos. Son joyas naturales al descubierto que se observan con un paseo por los rincones del interior de la provincia de Alicante. En el municipio de Planes abundan estos cultivos, pero también existen joyas que no están tan a la vista, como la que esconde el Barranco de la Encantada.
Este paraje se encuentra en el término municipal de Planes y tiene el agua como principal atractivo, junto a las rocas y vegetación que allí crece durante todo el año. En otoño, por ejemplo, el cromatismo de ocres y amarillos crean una estampa ideal para cualquier amante de la fotografía natural.
Su nombre se debe a una leyenda en la que cada 100 años se aparece una doncella que los moriscos dejaron encantada en este paraje. La historia narra que la joven se le apareció a un leñador para darle a elegir entre ella misma y su collar repleto de piedras preciosas. Cuando el hombre escogió la joya, la chica desapareció justo después de señalar la roca donde un palacio encantado guardaba un antiguo tesoro.
Fuera de fantasías, el paraje es un tesoro de por sí. Pozas y gargantas se entrelazan en las sierras de la Albureca y el Cantalar durante cerca de 8 kilómetros. La senda para llegar hasta allí también es digna de admirar, un verdadero remanso de paz en plena naturaleza.
Es fácil quedarse prendado de las fuentes que manan desde la pared entre hiedras y musgos. Sus aguas bajan hasta sumarse a las del río Serpis más abajo. En el transcurso del recorrido, también hay cabida para la arquitectura, ya que se puede admirar un molino harinero construido en 1860.
Más pozas, estrechos con agua y un pequeño lago con imágenes de esas que dan envidia cuando te las mandan y te preguntan “¿dónde estoy?”. El erudito botánico Antonio Cavanilles recoge la leyenda del Barranco de la Encantada, además de toda la belleza que vio, en su libro ‘Observaciones’. Aunque lo mejor, es observarlo por uno mismo al desplazarse a Planes en busca de esta misteriosa joya natural.