La provincia de Alicante ofrece variedad en muchos aspectos. Para el cultivo de la vid y la elaboración de vinos, sus diferentes climas, alturas y suelos son ideales. De hecho, ha quedado demostrado que desde varios siglos antes de Cristo ya trabajaban la uva en el interior de la provincia.
El vino de Alicante es una sorpresa para todo aquel que lo cata. Su fama ha ido creciendo a lo largo de los últimos años, debido al trabajo de las crecientes bodegas en este territorio. Las viñas de Alicante tienen unas condiciones de temperatura, humedad, sol y terreno que no se pueden encontrar prácticamente en ningún otro lugar del mundo.
Según la comarca donde se cultive, estas condiciones serán unas u otras. En la zona de la Marina Alta, son mayores las lluvias durante el año y las temperaturas más templadas. La cercanía del mar también es esencial en el cultivo de la vid en esta comarca. Sin embargo, en las comarcas vecinas de El Comtat o L’Alcoià, las plantaciones se llevan a cabo en zonas de más de 600 metros de altitud, con un clima más frío en invierno. Estos cambios entre zonas no importan a la hora de cultivar, ya que la uva se adapta a las condiciones climatológicas.
Este hecho se demuestra en los distintos tipos de uva que crecen en los suelos del interior de Alicante. Moscatel de Alejandría, Monastrell, Cabernet Sauvignon o Syrah sonarán a los amantes del vino cuando hablan de esta bebida. Todas ellas se cultivan aquí y son, junto a las manos que las tratan, las encargadas de ofrecer momentos de auténtica felicidad a aquellos que beben estos vinos.
Son muchas las familias que llevan años dedicando sus esfuerzos al cultivo de la vid. Su posterior elaboración en vino ha ido creciendo hasta el punto de formar marcas reconocidas. Vendimiar, despalillar, estrujar, fermentar, prensar, envejecer y embotellar. Son verbos que se reúnen bajo la artesanía de este cultivo y que hacen del vino de Alicante una grata sorpresa.
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